¿Cuántas veces has sentido la necesidad de ir a la peluquería porque no te encuentras bien y necesitas un cambio? Sé sincera…¡Muchas!
En realidad ese cambio es algo más profundo, es identificar qué ocurre en tu interior que no funciona y, de forma encubierta, estás solicitando ayuda.
En la peluquería sale de todo: dolor, pérdidas, alegrías… el peluquero es el psicólogo que está al corriente de tus emociones. En realidad, sale al descubierto la esencia más profunda que durante unos minutos puede ser observada.
Los peluqueros son terapeutas emocionales encubiertos, que con la escucha activa acompañan al cliente peinando sus almas. Incluso le acompaña en su proceso de transformación dándole herramientas para que poco a poco, vaya abriendo su campo de visión.
Para poner consciencia en tu vida no es necesario ir a un retiro o llevar una vida mística, no, no es necesario. A veces en esos minutos en el que te encuentras en tu salón de peluquería, puedes trabajar tu quietud, desconectar del ruido que te acompaña en tu vida y simplemente desnudar tu alma siendo tú, sin más.
El peluquero trabaja sobre tu cabeza: Lava,corta, peina, masajea… Por si no lo sabes, en tu coronilla se encuentra el 7º chakra, sahasrara, que te conecta con tu parte más espiritual. Ese flujo constante de información energática lo percibe el profesional: si estas tensa, relajada… A través de tu cabeza puede ayudarte a desconectar de todo aquello que te perturba.
Cada día, me doy cuenta que el cliente pide más ayuda, de forma directa o inderecta, eso es lo de menos, pero ahí está el profesional para escuchar y ayudar. Cuando hay química y confianza entre cliente-peluquero, surje una relación donde es posible ayudarle en su cambio.
Pero el cambio en realidad no es exterior, no, el cabello y la imagen son una puerta de entrada al cambio interior.
Cuando vuelvas a tu peluquería y digas: quiero un cambio, no me gusto, pregúntate: ¿Qué no me gusta o acepto de mi vida? ¿Porqué no me acepto? ¿Para qué necesito ese
cambio? ¿Es exterior o en realidad es interior?
La próxima vez que te encuentre delante de tu peluquer@, mírale con otros ojos y comprende que además de lavar tu cabello está lavando tus emociones, y agradece a la vida que te lo haya puesto en tu camino.
Y a ti peluquero, comprende que tu trabajo no sólo es peinar, tienes en tus manos la vida emocional de una persona, puedes contribuir con tu acompañamiento y escucha a que esa persona que tienes delante sea más feliz.
Propongo desde este artículo, que en las formaciones técnicas incluyan una asignatura que sea «peluquería emocional, el bello arte de acompañar»
Feli García, Peluquera y Terapeuta Transpersonal
www.feligarcia.com
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