“Para la persona que no sabe adónde ir ningún viento resulta favorable”
Seneca
Como bien decía Séneca, las personas que no tienen foco en su vida o una razón de ser, se sienten perdidas y tienen ese sentimiento de frustración al pensar que están “perdiendo” el tiempo.
Todos venimos con un propósito a la vida y si lo sigues, tu vida se vuelve equlibrada y llena de felicidad. Te puede parecer un tópico pero no es así.
Cuantas veces has visto a personas grises en trabajos que detestan y que realizan porque “es lo que hay”. ¡Muchas! Y ahí van, consumiendo sus vidas sin enfrentarse a la realidad.
Pero por suerte hay muchísimas personas que cada día se levantan con energía y ganas de vivir sabiendo que lo que hacen les llena de satisfacción y alegría. Si eres una de ellas ¡Fantástico! y sino, no te preocupes, hoy puedes diseñar y preparar ese viaje para seguir tu camino.
Lo primero de todo es saber qué cualidades y dones naturales tienes. A veces nos cuesta describirnos a nosotros mismos, si es así, pregunta a personas cercanas a tí sobre tus cualidades y en que destacas. Te puedes sorprener gratamente de lo que opinan de ti.
Indaga sobre tus valores personales. ¿Cómo te sientes cuando ayudas a los demás? Cierra los ojos y visualiza un momento dónde has ayudado a alguien. Esa mirada de gratitud, esa sonrisa desde el corazón… Sí, la verdad que es un momento mágico.
Utiliza lo te que apasiona. Todos tenemos actividades que nos apasionan y nos gustan hacer, incluso gratis. Busca entre tus intereses y ¡voilà! ya lo tienes.
Ahora sólo te toca mezclarlo todo en una coctelera y saldrá tu propósito de vida, aquella actividad que te hace ser feliz y en dónde las horas pasan volando. Eso si, no te olvides el ingrediente secreto que hace que sea una receta infalibre y te lleve directo a la felicidad: AMOR.
En mi libro ABRE TU CORAZÓN, hay un capítulo que habla de cómo encontrar tu propósito de vida. Hay un cuestionario que si realizas correctamente, sí o sí, encuentras la respuesta: TU RESPUESTA.
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